Capitulo 1: El Eco de Los Tiempos
15 / Veranis / 1509 – Era de la Iluminación
El sol se alzaba con fuerza sobre Solmora, la vibrante capital del reino de Vulcano, un país situado en el extremo norte del continente. Sus calles empedradas estaban llenas de vida: comerciantes que ofrecían sus mercaderías, niños que jugaban a la pelota y ancianos que compartían historias debajo de las sombras de los árboles.
Entre los callejones serpenteantes, dos figuras pequeñas corrían como sombras, llenas de energía e impaciencia. Tarek, un niño de cabello desordenado y ojos brillantes como el cielo despejado, miró hacia atrás y gritó:
“¡Apúrate, Lira! ¡Ya va a empezar!” gritó Tarek, un niño de unos diez años, mientras sus piernas se movían con agilidad entre los callejones angostos. Lira, un poco más pequeña y con trenzas que se movían de un lado a otro, tropezó ligeramente, pero se levantó rápidamente, sin dejar que la caída la detuviera.
“¡Voy, voy!” respondió Lira, mientras sus ojos brillaban con anticipación. Hoy se presentaba el famoso historiador Dorian Libras, quien contaba las leyendas de tiempos pasados en el gran anfiteatro de la plaza del rey. La promesa de una nueva historia llena de héroes y hazañas extraordinarias los impulsaba a correr.
Ambos niños llegaron finalmente a la plaza, donde una multitud de rostros ansiosos rodeaba el anfiteatro. En el centro, Dorian, un hombre de barba canosa y voz profunda, se hacía notar por su porte majestuoso, Cuando su mirada cruzó con la de los niños, sonrió y levantó la mano en señal de que comenzaría.
“¡Silencio, por favor!” ordenó. El murmullo se disipó rápidamente. “Hoy, mis queridos oyentes, les voy a hablar de Arthion, el héroe que fundó el Gran Imperio de Aethernis, el más grande que jamás haya existido.”
La multitud se acomodó, y en el corazón de la plaza, Tarek y Lira se apretaron uno al lado del otro, ansiosos por escuchar.
“Arthion,” continuó Dorian, “no era un hombre común como ustedes y yo. Algunos susurran que era hijo del mismo dios, y otros afirman que vino de otro mundo, un lugar donde el conocimiento y la magia existían más allá de nuestra comprensión.”
“¿De otro mundo y también hijo de un dios?” murmuró Lira, sorprendida.
“Eso es una locura,” Tarek le respondió, aunque su voz tenía un tono de fascinación. “¿Te imaginas ser hijo de un dios? ¡Eso es increíble!”
Dorian prosiguió, su tono cada vez más animado “Arthion era un líder visionario, que introdujo avances tecnológicos inimaginables en su tiempo. Se construyeron grandes ciudades con una arquitectura sorprendente, se desarrollaron sistemas de comunicación jamás vistos y se exploraron caminos que conectaron regiones enteras. Su legado perdura en cada invento y descubrimiento que conocemos hoy.”
“¿Tú crees que podremos hacer algo tan grande algún día?” preguntó Tarek, con una mezcla de admiración y duda.
“¡Claro!” exclamó Lira
Dorian continuó, inmerso en su relato “Se dice que Arthion era un guerrero imbatible, pero lo que verdaderamente lo distinguió fue su capacidad de unir a las personas. Dicen que su voz podía calmar las tormentas y que su mirada llenaba de esperanza a los más desesperados. Los descendientes de Arthion llevaron su visión a nuevas alturas. Crearon máquinas voladoras que surcaban los cielos, y su conocimiento de la medicina salvó vidas a una escala monumental. Sin embargo, con toda esa grandeza, el imperio también conoció su caída. En un giro misterioso del destino, la capital de Arthion, la joya de su imperio, desapareció sin dejar rastro.
El murmullo de asombro recorrió la plaza mientras los presentes asimilaban las palabras del historiador.
“¿Desapareció?” preguntó un anciano en la multitud, su voz temblorosa.
“Sí, así es” respondió Dorian, su mirada volviendo a la multitud “Nadie sabe cómo ni por qué. Algunos creen que fue un castigo divino, otros que Arthion llevó consigo su secreto al más allá. Pero lo cierto es que la grandiosa ciudad dejó de existir, como si nunca hubiera estado allí.
Lira, ansiosa por saber más, se acercó a Tarek y le dijo:
“¡Debemos aprender más sobre Arthion! ¡Imagina que sus secretos aún puedan ser encontrados!”
“Sí, pero… ¿dónde empezar?” Tarek miró a su alrededor, como si esperara ver un mapa antiguo en alguna parte.
Dorian, al notar su interés, sonrió con complicidad.
“Hay leyendas que hablan de antiguos artefactos, escondidos en lugares inaccesibles. Algunos buscan estas reliquias para revivir los gloriosos días de Arthion. Pero cuidado, jóvenes, la historia a menudo guarda secretos oscuros.
Los ojos de Lira brillaron de emoción mientras Tarek fruncía el ceño, ponderando las advertencias del historiador.
“¿Te imaginas encontrar uno de esos artefactos, Lira?” preguntó Tarek, su voz llena de entusiasmo.
“¡Seríamos héroes!” exclamo Lira
Dorian Finalmente dijo “y la gran historia comienza así …………..
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